Cualquiera de los colgajos de la región abdominal inferior pueden conseguir resultados estéticos muy buenos en reconstrucción mamaria.
Sin embargo, los cirujanos tienen preferencia por el colgajo DIEP o SIEA al ser procedimientos menos invasivos que no suelen interferir con la función muscular de la pared abdominal.
En ocasiones, la decisión sobre qué colgajo utilizar se realiza finalmente en quirófano, según el estado de los vasos que nutren y perfunden el colgajo, por lo que es posible que no se pueda elegir a priori con certeza la técnica que finalmente será utilizada para realizar la reconstrucción de la mama.
Con este tipo de colgajos se suelen conseguir resultados muy buenos y naturales en cuanto a aspecto, tacto y caída de la mama reconstruida, ofreciendo resultados estables y permanentes en el tiempo.
En aquellas pacientes a las que se dejan intactos los músculos de la pared abdominal no suelen ocasionar problemas o dificultades en la actividad diaria a largo plazo.
Entre las desventajas de estas técnicas encontramos:
• Son intervenciones de mayor complejidad y envergadura que el uso de implantes mamarios, por lo que conlleva un mayor tiempo quirúrgico, una mayor estancia hospitalaria y un periodo de recuperación postoperatorio más prolongado.
• Tendrá cicatrices añadidas en la mama, alrededor del ombligo y en la porción inferior del abdomen.
• Puede que quede debilidad muscular de la pared abdominal si se utiliza el músculo en la reconstrucción mamaria.
• En ocasiones no es posible utilizar el tejido de la región abdominal porque está dañado por cicatrices de cirugías previas, porque no hay suficiente cantidad en pacientes delgadas para reconstruir la mama o porque hay alto riesgo de fracaso del colgajo en pacientes que sean fumadoras o con problemas de vascularización.
Otros tipos de colgajo que pueden ser utilizados
Si el abdomen no proporciona una fuente adecuada de tejido para la reconstrucción de la mama, puede utilizarse tejido de la cara interna de los muslos (colgajo TMG / colgajo TUG) o de los glúteos (colgajo SGAP / colgajo IGAP ) para recrear la mama.
Estos colgajos suelen utilizarse cuando la paciente desea reconstrucción con tejido propio y no es posible realizar la reconstrucción con tejido abdominal o con tejido de la región dorsal de la espalda porque son personas muy delgadas o porque han tenido alguna cirugía previa que contraindica su uso.
No obstante, estos colgajos no son comúnmente utilizados.
Entre las mayores desventajas destacan las secuelas en forma de cicatriz que sulen dejar en muslos o glúteos y la mayor complejidad quirúrgica.
CORRECCIONES O INTERVENCIONES DE RETOQUE
En todo proceso de reconstrucción mamaria suele ser habitual que se necesite más de una intervención para conseguir el resultado deseado.
Después de la intervención inicial para reconstruir la mama, puede que necesite pasar nuevamente por quirófano para corregir y ajustar el tamaño o forma de la mama reconstruida o de la mama contralateral con la finalidad de conseguir una apariencia y simetría adecuadas.
Normalmente estas correcciones suelen ser procedimientos quirúrgicos menores (técnicas más sencillas y cortas que la intervención inicial).
Existen múltiples opciones para conseguir un resultado estético satisfactorio. Entre ellas encontramos:
• Implantar o cambiar una prótesis mamaria para mejorar la forma o el tamaño de la mama reconstruida o de la mama sana
• Reposicionar (elevar) o reducir la mama sana para lograr una adecuada simetría con la mama reconstruida
• Reposicionar, remodelar o reducir la mama reconstruida para lograr una adecuada simetría con la mama sana
• Añadir volumen a las mamas utilizando grasa de la propia paciente (lipofilling, lipomodelado o lipoescultura)
LIPOFILLING, LIPOTRANSFERENCIA O INJERTO DE GRASA
El lipofilling o injerto de tejido adiposo se ha convertido en los últimos años en una de las técnicas más valiosas y polivalentes de la cirugía reconstructiva.
Consiste en:
1. Extracción de grasa de la propia paciente mediante liposucción o lipoaspiración
2. Procesado o purificación de la grasa para eliminar sangre y otras sustancias
3. Transferencia a otras áreas para añadir volumen, mejorar la forma o la calidad de los tejidos
Esta técnica tiene una serie de particularidades:
• La grasa es extraída con cánulas de liposucción de zonas donde está en exceso (abdomen, caderas o cara interna de los muslos)
• Se procesa mediante centrifugado o filtrado para extraer el tejido graso y así poder implantarlo a modo de injerto en otra localización
• Permite el remodelado de las mamas para terminar de ajustar el volumen, la forma o el contorno
• Es una técnica quirúrgica pero poco invasiva (utiliza pequeñas incisiones en la piel para poder introducir las cánulas)
• Puede repetirse en más ocasiones y conjuntamente con otros procedimientos o correcciones que requiera la paciente (por ejemplo, la reconstrucción del complejo areola- pezón ).
• Puede ser muy útil en reconstrucciones parciales de mama por las secuelas ocasionadas por una tumorectomía y/o por la radioterapia
Como desventaja, conviene saber que habitualmente son necesarias varias sesiones de lipomodelado para conseguir el efecto deseado, ya que parte de la grasa implantada se reabsorbe durante los primeros meses.
Además la infiltración de grandes acúmulos de grasa puede comprometer la supervivencia de las zonas centrales originando necrosis grasa, quistes oleosos, etc.
No obstante, se ha convertido en un importante recurso que ha demostrado gran utilidad en el campo de la cirugía plástica y reparadora con la finalidad de aportar volumen y reparar o regenerar tejidos dañados por cicatrices previas, traumatismos o por los efectos de la radioterapia.
Reconstrucción del complejo areola- pezón
La reconstrucción o recreación del complejo areola-pezón suele formar parte de la reconstrucción integral de la mama.
Es una cirugía que se realiza para lograr que la mama reconstruida se asemeje aún más a la mama natural.
Aunque recomendamos llevarla cabo, debe ser una decisión personal de cada paciente. Su reconstrucción es opcional y generalmente constituye la fase final de la reconstrucción mamaria.
La reconstrucción ideal del pezón y la areola requiere que la posición, el tamaño, la forma, la textura, el color y la proyección del nuevo pezón sean similares a los del pezón natural.
Se puede realizar de forma ambulatoria (sin hospitalización) con anestesia local.
El tejido que se utiliza para reconstruir el pezón y la areola también se obtiene del propio tejido de la paciente y es habitual utilizar el tatuaje o la micropigmentación para igualar el color del pezón y la areola respecto a la mama sana.
Las técnicas más frecuentemente utilizadas para la reconstrucción del pezón son:
• Colgajos locales que utilizan la piel de la mama reconstruida, que se elevan y se suturan para recrear un pezón.
• Injerto o porción del pezón de la mama sana (si este es grande) puede ser trasplantado a la mama reconstruida (autoinjerto pezón).
Las técnicas más utilizada para la reconstrucción o recreación de la areola son:
• Tatuaje o micropigmentación (el más utilizado en nuestro ámbito).
• Injerto de piel (se coge un fragmento de piel) de la ingle, próximo al labio mayor ya que esta piel está más pigmentada y puede conseguir un buen resultado estético.
Por lo general, esta reconstrucción se plantea tras un periodo de 3-6 meses después de haber realizado la cirugía para reconstruir la mama.
Debemos dar tiempo a los tejidos de la mama reconstruida a adoptar la forma y caída definitivas para poder reconstruir el pezón en la posición correcta con respecto la mama contralateral.
Si va a recibir radioterapia como tratamiento complementario después de la reconstrucción mamaria, suele ser recomendable esperar como mínimo 6 meses.
Debemos ser realistas en cuanto a lo que la cirugía puede ofrecer.
Podemos conseguir una apariencia similar al pezón y areola de la mama contralateral, pero no lograremos restaurar la sensibilidad que previamente tenía.
Además, con el tiempo, es posible que el pezón pierda algo de volumen, se aplane y que la areola llegue a perder algo de pigmento.
Puede ser necesario realizar algún retoque o corrección posterior si deseamos mantener una adecuada simetría y un buen resultado cosmético.
RECONSTRUCCIÓN MAMARIA EN CASOS ESPECIALES
MASTECTOMÍA REDUCTORA DE RIESGO:
Algunas mujeres tienen un alto riesgo genético de padecer un cáncer de mama.
Si tiene antecedentes familiares de varios casos de cáncer de mama a edades jóvenes, es probable que haya una base genética en su enfermedad.
Es posible la detección, mediante test genético, para saber si es portadora o no de alguna mutación en los los genes BRCA 1 y BRCA 2, que están relacionados con el riesgo de sufrir cáncer de mama y de ovario.
La presencia de estos genes no implican que vaya a desarrollar el cáncer de mama inevitablemente, pero implican un riesgo oncológico más alto que en el resto de las mujeres que no lo tienen.
Otros factores de riesgo de sufrir cáncer de mama están relacionados con la radioterapia previa en la región torácica por otra causa o enfermedad.
Las mujeres con cáncer de mama unilateral, tienen un riesgo aumentado de sufrir cáncer de mama en la mama contralateral con el tiempo, según el tipo de tumor diagnosticado.
En algunas de estas situaciones puede plantearse realizar una mastectomía reductora de riesgo (antes llamada preventiva o profiláctica).
En todo caso, debe seguir el consejo del equipo multidisciplinar que le aportará toda la información necesaria antes de tomar una decisión definitiva.
En aquellas pacientes que se sometan a una mastectomía reductora de riesgo es habitual realizar una reconstrucción mamaria inmediata.
Aunque la técnica más utilizada suele ser la reconstrucción con implantes, debemos tratar a cada paciente de forma individualizada y poder ofrecer cualquiera de las técnicas explicadas con anterioridad en esta guía.
AMASTIA O FALTA DE DESARROLLO MAMARIO:
Aunque la causa más frecuente de amastia o falta de mama es por motivos oncológicos, también hay mujeres que necesitan una reconstrucción mamaria por otros motivos, como pueden ser procesos que implican un desarrollo anómalo de la glándula mamaria o de la pared torácica (ej. Síndrome de Poland) o como secuela de un traumatismo, quemadura, etc.
Independientemente del motivo, deben tratarse todos los casos de forma individualizada y deberíamos poder ofrecer alguna de las posibilidades reconstructivas citadas anteriormente en función de las necesidades de cada paciente.
RECONSTRUCCIÓN MAMARIA Y RECUPERACIÓN
Tener que tomar una decisión respecto a la reconstrucción mamaria, decidir si quiere llevar a cabo o no, escoger el tipo adecuado de reconstrucción, etc, puede ser una experiencia difícil y estresante.
Es imprescindible que esté bien informada y asimile correctamente toda esta información, que puede ser compleja de entender, principalmente en estos duros momentos en los que tiene que hacer frente a su enfermedad.
Es imposible saber exactamente como será la mama reconstruida y como se sentirá en el futuro, pero la experiencia muestra que las mujeres que han llevado a cabo la reconstrucción mamaria han encontrado múltiples beneficios psicológicos, incluyendo una mejoría en su calidad de vida, mejora de la imagen de su cuerpo, el sentirse más seguras de sí mismas y recuperar la imagen de feminidad que habían perdido.
El impacto emocional que una mastectomía puede tener en las diferentes pacientes es imposible de prever y no hay un remedio definitivo para superar el estado de ansiedad y estrés que esto supone.
Es habitual que los sentimientos de ansiedad y depresión mejoren a lo largo del primer año después de haber realizado el diagnóstico.
Las mujeres que eligen llevar a cabo la reconstrucción mamaria necesitan adaptarse a los cambios en su apariencia y sensación con respecto a la mama reconstruida y, dependiendo del procedimiento reconstructivo elegido, también tendrán que hacer frente a los cambios que se han producido en otras regiones de su cuerpo (cicatrices adicionales en su espalda o abdomen).
No es raro que las pacientes se sientan ansiosas acerca de cómo el resto de gente (en especial su pareja) responderán y aceptarán la mama reconstruida y les preocupa cómo afectará a su entorno social y a la relación íntima de pareja.
La mayoría de las pacientes están satisfechas y contentas con el resultado conseguido después de la reconstrucción, así como sus parejas. No obstante, en algunos casos, el resultado conseguido no es el esperado por la paciente, lo que genera sentimientos de frustración y rechazo de cualquier otro tipo de cirugía.
Algunas mujeres también tienen incertidumbres de si el proceso neoplásico podrá recidivar en la mama reconstruida y cómo podrá detectarse si así ocurriera.
Debemos saber que se puede realizar un seguimento oncológico de la misma manera, como si no fuese una mama reconstruida. En caso de duda, siempre se pueden solicitar estudios o pruebas complementarias adicionales.
En general, las mujeres que están más satisfechas con sus decisiones son aquellas que emplean el tiempo necesario para informarse y considerar cuidadosamente todas las opciones disponibles en cada caso.
Asegúrese de que:
• Ha leído toda la información acerca de las técnicas o procedimientos disponibles en su caso
• Valorar pros y contras en relación con sus valores personales y sus prioridades
• Tenga ideas claras y expectativas reales de los probables resultados que la cirugía puede ofrecer
• Discuta las diferentes opciones con su equipo médico y familiares o con personas cercanas para ayudarle en la toma de una decisión.
• Recuerde que, en última instancia, tiene que tomar una decisión que repercute en su persona y no en nadie más.
¿Si decido operarme, qué supone la cirugía ?
Cada paciente supone un caso único e individual y debemos adaptar las posibilidades reconstructivas a esta situación concreta.
Los detalles del proceso varían dependiendo de la técnica a utilizar y serán explicados antes de la intervención para que tenga una amplia información previamente.
Una vez haya decidido seguir adelante con la cirugía, tendrá que firmar el consentimiento informado de la cirugía y se tomarán fotografías clínicas de su caso.
Como ya se ha comentado, la reconstrucción global de la mama conlleva habitualmente más de una operación.
El primer paso es recrear la forma de la mama y se puede hacer al mismo tiempo que la mastectomía o en una fecha posterior.
Este primer paso se realiza generalmente bajo anestesia general. Esto implica que se le administrarán medicamentos que le inducirán a dormir sin que sienta dolor durante la cirugía. Para los procedimientos de seguimiento y retoques es probable que sólo requieran anestesia local.
Cuando despierte de la intervención llevará colocados un vendaje y drenajes (un drenaje es un pequeño tubo que se coloca para extraer líquido adicional en espera de que las heridas de la zona quirúrgica cicatricen).
En el caso de que la reconstrucción se haya realizado con un colgajo libre, estará durante 24 horas bajo un periodo de monitorización estrecha para asegurarse de que el flujo de sangre que le llega al colgajo es adecuado.
Probablemente se sentirá cansada y dolorida entre 1 o 2 semanas después de los procedimientos realizados.
Su médico puede administrarle fármacos para controlar el dolor y otras molestias. Las pacientes se recuperan mejor y más temprano de la cirugía si el control del dolor es adecuado. Se hará todo lo posible para que el proceso sea lo más confortable para usted.
Dependiendo del tipo de cirugía, usted saldrá del hospital entre 1 y 7 días. Es posible que le den de alta con uno o más drenajes si estos no pueden ser retirados antes.
¿Cómo es el postoperatorio y los cuidados después de la intervención?
Una vez vuelvas a casa tras la intervención, te sentirás cansada inicialmente. Sería recomendable que tuvieras alguien en casa para ayudarte.
El periodo de recuperación depende del tipo de procedimiento utilizado en la reconstrucción mamaria.
Como regla general:
• Después de la primera semana deberías poder empezar a cuidar de ti misma y comenzar a realizar actividades cotidianas (sin esfuerzos).
• Generalmente, las actividades que requieran esfuerzos moderados pueden empezar a realizarse al cabo de 4-5 semanas tras la cirugía, previa autorización por parte del equipo médico.
• Debe seguir controles con su cirujano de forma periódica para comprobar que todo va correctamente y que no hay ninguna complicación.
• Cuando hayan pasado unos meses (3-6), debería visitar nuevamente a su cirujano para valorar si es necesaria alguna cirugía de retoque y cuándo realizarla.
¿ Me quedarán cicatrices ?
Todas las intervenciones conllevan cicatrices.
El tamaño y posición de las mismas dependen por completo de la técnica utilizada.
En general, la reconstrucción con implantes mamarios implica tener una cicatriz corta confinada a la mama reconstruida, mientras que las técnicas que utilizan colgajos producen cicatrices largas tanto en la mama reconstruida como en la zona de donde se obtiene el tejido (abdomen, espalda, etc).
En la mayoría de los casos, las cicatrices estarán inicialmente rojas y algo abultadas, pero habitualmente, con el paso del tiempo, se volverán blanco nacaradas y planas.
Este proceso puede tardar entre 1-2 años en suceder.
Puede ocurrir que algunas personas tengan una cicatrización anómala, bien porque la cicatriz se alargue y se ensanche o bien porque la cicatriz se eleve y continúe roja e incluso produzca picor (cicatriz hipertrófica/queloidea).
La cicatrización que cada persona tendrá es imposible de predecir, ya que depende del tipo de piel de cada uno así como de su tendencia a cicatrizar de uno u otro modo.
¿ Qué complicaciones pueden ocurrirme ?
Casi todas las mujeres con cáncer de mama que se somenten a una mastectomía pueden reconstruirse. Sin embargo, toda cirugía supone ciertos riesgos y existen ciertas complicaciones especialmente frecuentes en algunas mujeres.
RIESGOS GENERALES
Algunos riesgos inherentes a la cirugía de reconstrucción mamaria son:
• Sangrado, que si es importante, puede requerir revisión en quirófano para su control y, en casos extremos, puede llegar a precisar transfusión sanguínea
• Acumulación de líquido (seroma) en la mama o en el lugar de donde se extrajo el tejido, con inflamación y dolor
• Crecimiento exagerado del tejido cicatricial (cicatrización anómala).
• Infección.
• Muerte del tejido (necrosis) de todo o parte del colgajo, piel o grasa
• Problemas en la región donante
• Pérdida o cambios en la sensibilidad de la mama y del pezón
• Cansancio y debilidad
• Necesidad de someterse a más cirugía para corregir problemas que surgen
• Problemas con los medicamentos y/o la anestesia
Respecto a las complicaciones relacionadas con la cicatrización de las heridas,
el riesgo es mayor en aquellos casos donde la reconstrucción se realiza con colgajos, ya que existen más cicatrices (zonas donantes de tejido y región mamaria).
Lo mas frecuente es que se trate de un problema de cicatrización leve que se resuelva sin complicaciones, pero en ocasiones podemos tener complicaciones que requieran cirugía adicional:
• Infección
• Pérdida de la piel
• Dehiscencia de la herida quirúrgica (separación y apertura de los bordes de la herida)
Como en cualquier cirugía, los pacientes fumadores pueden tener problemas graves de cicatrización y retrasar el proceso de curación.
El tabaquismo causa que los vasos sanguíneos se cierren (espasmo o constricción) y que se reduzca el suministro de nutrientes y oxigeno a los tejidos. Esto puede causar que las cicatrices se noten más y que tenga un periodo de recuperación más prolongado.
Estas complicaciones son a veces tan graves que requieren de otra operación para corregirlas. Puede que se le indique dejar de fumar unas semanas o me- ses antes de la cirugía para reducir estos riesgos.
RISGOS POR EXPANSOR O IMPLANTE
Si se ha utilizado un implante para la reconstrucción mamaria, pueden ocurrir problemas asociados al mismo:
• Daño o rotura del expansor/implante
• Extrusión (adelgazamiento de la piel con exposición de la prótesis al exterior)
• Movilización o malposición del expansor/prótesis
• Contractura capsular con endurecimiento y cambio de la forma de la mama reconstruida
• Pliegues o arrugas visibles de la prótesis (rippling)
RIESGO EN RECONSTRUCCIÓN AUTÓLOGA (COLGAJOS)
Si en la reconstrucción mamaria se han utilizado colgajos que incluyen tejido muscular de la región abdominal inferior, puede aparecer:
• Debilidad de la pared abdominal
• Eventración o hernias
Hay cierto riesgo de que se produzcan trombosis venosas profundas en las extremidades si durante el postoperatorio permanece inmovilizada sin caminar durante tiempo (la sangre se remansa en las extremidades y pueden formarse trombos que ocluyan la circulación).
Se tomarán las medidas oportunas para evitar que esto pase realizando ejercicios de movilización de las extremidades y administrando anticoagulantes, si es preciso.
Los riesgos específicos asociados a la reconstrucción con colgajos libres tienen que ver con problemas de vascularización asociados.
En el caso de los colgajos libres, el colgajo se desconecta de su suministro de sangre original y se trasplanta al tórax realizando nuevas conexiones de los pequeños vasos que nutren al colgajo con vasos de la región torácica. Posteriormente se remodela para recrear la mama.
Puede ocurrir que las conexiones vasculares no funcionen correctamente porque queden ocluidas por trombos que impiden que el flujo sanguíneo llegue al colgajo. Estos problemas suelen ocurrir generalmente durante las primeras 24-72 horas, periodo durante el que será vigilada de forma más estrecha para comprobar que el colgajo y su vascularización son correctos.
Si se detecta este tipo de problema, será necesaria una revisión quirúrgica para rehacer las anastomosis (conexiones vasculares) y restablecer una adecuada perfusión sanguínea del colgajo. En ocasiones, el colgajo puede quedar dañado de forma irreversible y, en algunos casos, puede que no sea posible su recuperación y sea necesaria la retirada del mismo.
Regreso a la normalidad
Generalmente, tras someterse a una intervención de reconstrucción mamaria, podría regresar a sus actividades cotidianas después de 6 a 8 semanas.
Si se utilizaron implantes (sin colgajos) puede que su periodo de recuperación sea incluso más corto.
Algunos aspectos que debe tener en cuenta:
• La reconstrucción no restaura la sensibilidad normal a su mama, pero posiblemente recupere algo de sensación en un periodo de varios años.
• Puede que tarde de 6-8 semanas hasta que la inflamación desaparezca.
• Es posible que tarde entre 1 a 2 años hasta que los tejidos se adapten y para que las cicatrices mejoren definitivamente, aunque las cicatrices nunca desaparecerán totalmente.
• Durante los primeros meses posteriores a la cirugía, tendrá que utilizar sujetador sin aros y que sean cómodos (tipo deporte). Pregunte cuándo podrá usar nuevamente los sujetadores normales.
• Como regla general, debe evitar realizar esfuerzos así como practicar deporte y tener actividad sexual entre unas 4 y 6 semanas después de la reconstrucción. Pregunte a su cirujano cuándo retomar el resto de sus actividades habituales, ya que esto es diferente según el tipo de reconstrucción realizada.
• Las mujeres que se reconstruyen la mama meses o años después de la mastectomía (reconstrucción diferida) pasan por un período de adaptación emocional una vez que tienen su mama reconstruida. De la misma manera, cuando fianliza el proceso de reconstrucción, también es preciso que transcurra un periodo de tiempo hasta que se empieza a aceptar que la mama reconstruida es suya.
• Conversar con otras mujeres que se han sometido a una reconstrucción de la mama puede ser beneficioso. No obstante, cada caso es único y ni los resultados ni las complicaciones son extrapolables de unas pacientes a otras. Por otro lado, conversar con un profesional de la salud mental puede ayudarle a aclarar la ansiedad y otros sentimientos de angustia.
• Los implantes de silicona se pueden deteriorar o romper con el paso del tiempo sin causar ningún síntoma. Algunos cirujanos recomendarán controles periódicos junto con pruebas de imagen como la ecografía y la resonancia magnética para asegurar que el implante mamario no sufre complicaciones.
• Póngase en contacto con el equipo médico si nota cualquier cambio en la nueva piel/tejido, inflamación, protuberancias, dolor o líquido que sale de la mama, las axilas, o el lugar de donde se extrajo el colgajo o si presentan otros síntomas que le preocupen.